Las guerras occidentales es un poema que presentamos como el Colectivo La Sombra Sin Miedo dentro del Recital Chilango Andaluz 2010, en el Club Atlántico, en el centro de la Ciudad de México el pasado 23 de octubre. Aquí parte del poema:
Las guerras occidentales
Yo sé que se ha congelado la literatura: es el tiempo del miedo
Yaxkin Melchy
sem esper sem metus
Caravaggio
Nacimos en un huerto solar y la luna se hundió en mi garganta de montaña para siempre
vinimos como células devorando células imaginarias
y de esta coalición de minerales llegamos a la tierra como 1 relámpago.
La muerte es la confusa torre de Babel en el valle de las palabras
en el valle de la ciencia en los valles donde han crecido todos los héroes mitológicos de mi sangre.
Venimos de las cataratas y del lodo y del desierto
con una estrella sobre la lengua y los vientos adentro de los ojos,
llegamos solos como 1 estrella y como el viento.
Pero sobre todo hemos nacido en el temor del universo
en el cuerpo agitado del universo
en el miedo en el miedo de las partículas en el miedo a la soledad de cada partícula que se adhiere se suma y se devora que muere y renace en su soledad de proteína de grasa y de glucosa en este cuerpo que se une y desintegra en los abrazos sobre la cama sobre las nubes sobre el polvo de otros cuerpos solitarios que renacen cuando muero cada noche en el fuego de los sueños.
He reencarnado en este país donde mi corazón se agita como el centro del universo
donde el miedo nace en cada flor y en cada gota de agua caída desde el cielo.
Este país donde los animales temen extinguirse como 1 relámpago
donde la selva de las palabras se devora todo
mientras los fusiles esperan la mañana
mientras mi uzi espera la mañana
mientras mis granadas se fragmentan como los frutos de la muerte
en el cielo como en la tierra mientras el plomo de mi alma escupe salmos esperando la mañana
mientras el silencio se pudre en la boca de los vivos que esperan la mañana
mientras el tiempo se pudre en la boca de los vivos que esperan
mientras el miedo se pudre en la boca de los vivos.
mientras la espera nos pudre de miedo con el miedo a la guerra a los cementerios a los perros que pasan por la calle miedo a la burla a la humillación a la sangre a las heridas sobre mi cuerpo a las heridas adentro de mi cuerpo miedo a los entierros a los decapitados a descansar en paz en la oscuridad más plena con el miedo a los truenos a los gatos a caerse de la cama en el abismo del sueño interminable a la cara enojada de mi madre a la cara de furia de mi padre a la cara con llanto de mi madre a las arañas a las brujas afilándose los dientes para comerme los ojos al número 13 al número 7 al número 3 al número cero a la nada y al paso del tiempo miedo al tiempo que se detiene en el fin del mundo a los cataclismos a las catástrofes y a las tragedias griegas a las malas profecías de falsos profetas a los caballos desbocados a las cirugías a los cuchillos a las alturas miedo al desamparo y al extravío al castigo divino al infierno y a la paz infinita del cielo alavozdediosalavozdedios a la perfección al fuego a los relámpagos a los espíritus incendiados y a las almas incendiarias a los extraños miedo a lo invisible y las luces cegadoras de nuestros nacimientos a la incertidumbre y a la contradicción de nuestra vital contradicción miedo a los límites y a la inexistencia de los límites a llenar este espacio y este tiempo con definiciones del miedo mismo y la incertidumbre de este momento miedo a la inmediatez de este poema que no dice nada y a su condición de infinito polvo en la memoria de nadie
Todos los argumentos de mi ciencia son para negar el miedo y destrozar la angustia de no saber nada Porque mi cuerpo no da explicaciones sobre la angustia de saberme infinito
con la tranquilidad de saberme finito.
Hace 1 siglo un portugués me susurró:
“amo infinitamente lo finito”
“deseo imposiblemente lo posible”
“porque quiero todo”
Y hoy, esta noche [aquí va la fecha del día de hoy] lo repito:
amo infinitamente lo finito amo infinitamente lo finito
amo infinitamente lo finito amo infinitamente lo finito
amo infinitamente lo finito para siempre
Los lobos crecen adentro de mis ideas y no puedo detenerlos no puedo cruzar la frontera del sueño y me convierto en el fantasma de la libertad
[...]
hipnofobia
Eulogio Bañuelos dijo que la jornada ha sido dura, vamos a tirarnos como palos. Y sí, nos tendieron cobijas y petates para acostarnos... pero el sueño estaba lleno de muertos que no dejaban dormir.
Y entonces Guadalupe Cisneros nos dijo que a ese nadie lo sepultó. Con el tiempo se secó y el aire lo hacía sonar como un bule.
Y entonces iba yo a morir y les pedí que me desataran que me quitaran la camisa mojada y me extendieran sobre el pasto y me sonreí cuando sentí el cielo en la garganta
y miré todo con los ojos como para mirarlo todo.
zeusofobia
en el cine acepto 1 mentira como real
en el poema acepto 1 mentira como la realidad
en el teatro acepto la realidad como mentira
en tu presencia acepto 1 mentira porque tu sombra es el verdadero monstruo
o-ni-ro-fobia
Soñé que estaba muerto y que no moría. Soñé que un amigo construía una ciudad con sus dos manos. Soñé que me soñaba y tu cuerpo se hundía en la cama o en el desierto. Soñé que había claridad en algunas palabras, en algunas estrellas y que un día la gente que habitaba el sueño, tomaba las armas soñadas por otros para destruir una patria que había sido olvidada.
La alerta y la reacción son percibidas por la vista y el oído ante algo desconocido o peligroso.
Nos cagamos de miedo.
Estas respuestas inmediatas que no son una falla, sino una respuesta instintiva, constituyen un sistema de vigilancia y alarma
como 1 relámpago
el peligro atenta contra la integridad y la preservación de la especie.
[...]
nictofobia
Soy la mañana que vuelve a ser noche y estoy tibio como las piedras.